Últimamente se están dando muchos ciberataques como el conocido Ransonware el cual se multiplica infinitamente en los equipos que no están actualizados o disponen de un sistema de seguridad al día, estos problemas se triplican cuando hablamos de una empresa, ya que pueden paralizar todo el trabajo e incluso perder datos importantes o vitales de la misma afectando a su estabilidad.
A nivel empresarial es ya muy conocido el servicio técnico reactivo, que se usa habitualmente en la mayoría de empresas. Se trata básicamente de que cuando aparecen problemas en la red o sistemas que no responden es cuando acudimos al servicio técnico. Es decir, hasta que no aparece el problema no nos preocupamos de él, lo que implica tener la empresa paralizada y todo el personal que trabaja con los sistemas informáticos inactivo hasta que el problema se solucione, y volver a la normalidad. Este tipo de servicio técnico es el más utilizado, pero a su vez está obsoleto ya que el tiempo es dinero y necesitamos que todo vaya sobre ruedas lo antes posible.
En la actualidad podemos disponer de tres tipos de servicios técnicos muy diferenciados y adaptados a los cambios que se producen tanto en las infraestructuras como a nivel software. Nos encontramos con el anteriormente mencionado servicio técnico reactivo, el servicio predictivo (que ejerce a posteriori) y que sirve para prevenir posibles fallos, y el servicio proactivo (a priori). Ahora vamos a centrarnos en este último, que nos garantiza una monitorización de nuestros sistemas informáticos, servidores, software y demás que se encuentren presentes en nuestra red.
Soporte técnico proactivo
El soporte proactivo se adelanta a todos los posibles fallos y problemas que puedan aparecer en nuestra red, minimizando impactos:
- La caída de sistemas, redes y comunicaciones.
- Monitorización de puertos de nuestra red.
- Gestión de Backup o copias de seguridad.
- Gestión de antivirus.
- Análisis del rendimiento de la red.
- Gestión de actualizaciones.
- Asistencia remota.
Este tipo de soporte da mayor importancia a la continuidad del servicio, resultando el soporte más costoso, pero a la larga se ahorra, puesto que al anticiparse al problema no hay que volver a invertir dinero en solucionarlo.
Soporte técnico reactivo
El soporte técnico reactivo necesita menos recursos, es recomendado para iniciar un proceso de mejora y una de sus principales características es que se trabaja en equipo. Este modelo se inicia cuando se reciben resultados insatisfechos o reclamaciones. Es entonces cuando se toman como tema imprescindible de mejora los motivos de las reclamaciones y se buscan soluciones.
El problema de este método es que resulta bastante costoso, puesto que los inconvenientes informáticos no aparecen en la fase del diseño, con lo que para corregir los posibles fallos que se den, hay que volver a rediseñar todo e invertir en este proceso se traduce en mayores costos para la empresa. También hay que tener en cuenta que cuanto más tarde el problema en surgir, más costosos nos resultará, haciendo que en muchas ocasiones tengamos que acudir una empresa externa para solucionar la incidencia. En resumen, esta metodología no tiene en cuenta la ingeniería informática y a la larga, esto trae consecuencias.
Soporte técnico predictivo
En cuanto al soporte técnico predictivo tiene como ventaja principal actuar contra un ataque y evitar sus posibles consecuencias. Esto es muy importante hoy en día, puesto que desde nuestros aparatos electrónicos podemos acceder a gran cantidad de archivos de todo tipo, desde vídeos hasta documentos muy comprometidos para las empresas, pasando por acciones tan normales como transferencias bancarias, que nos lleva a utilizar claves de acceso. Por todo ello, se recomiendan unas medidas de seguridad preventiva, para evitar que en un futuro nos llevemos algún que otro susto en cuanto a robo de claves de acceso o archivos que comprometan la actividad de cualquier organización.
Para poder prevenir, se hacen análisis y diagnósticos al soporte informático con pruebas no destructivas, recibiendo de este modo señales de alarma en nuestro sistema que nos recomienden la eliminación de elementos peligrosos que puedan dañar nuestro sistema.
Las ventajas más destacadas de este sistema son que nos advierten del sobrecalentamiento, que puede dar lugar a graves problemas en nuestro equipo. Con el método predictivo se evita, impidiendo que se dañen componentes esenciales del equipo.
También anticipa la superación del espacio en disco, evitando que ralentice el funcionamiento informático. Además, previene la falta de escalabilidad, que no es más que la capacidad que tiene el equipo de reaccionar y adaptarse a los cambios sin sacrificar calidad ni crecimiento.
Igualmente aporta información sobre acciones futuras, pudiendo anticiparnos a los momentos en los que el equipo estará inactivo y saber cuándo podremos trabajar con él sin interrupciones.
Y finalmente otro de sus beneficios es que guarda el historial de acciones del equipo, ayudándonos a detectar fallos y a analizarlos para buscar soluciones.
Ventajas del soporte proactivo
Después de contemplar estos tres tipos de soporte, podemos decir que el más recomendable es el soporte proactivo gracias a tres principales ventajas que son fundamentales para cualquier empresa que se precie:
- El aumento de la productividad es una de las ventajas y se produce gracias a la monitorización de la red, que reduce el impacto de los fallos TI en la empresa. Además, se aumenta la productividad con tareas y procesos automatizados que nos ahorran tiempo.
- Reducción de las incidencias TI en la empresa: la fusión entre el mantenimiento preventivo con la monitorización proactiva reduce los impactos negativos en el negocio, consiguiendo una red segura y fiable.
- Reducción del tiempo de inactividad de la red con el mantenimiento proactivo, que se consigue con tareas regulares y preventivas de mantenimiento, creadas para mantener la red funcionando eficientemente y así reducir las incidencias de emergencia.
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